Yo en el laberinto
de Liliana Bodoc
Como la vida, el laberinto
se envuelve sobre un eje misterioso.
Termina donde dobla.
Se quiebra, zigzaguea,
desanda en espiral y avanza en círculo.
Gira sin avisar que la línea se enrieda
en un nudo ovillado que no empieza.
Continúa y se junta en el centro de un lazo que intersecta un camino bifurcado.
Se mete en la madeja de curvas paralelas cortadas por un eje
de trayectoria recta.
Propone cinco ángulos
en diagonal trazados
para encontrar el centro
del paralelogramo.
Parecido a la vida, el laberinto
no está señalizado.
Por eso es conveniente recordar
que no siempre el atajo es el atajo.
Y caminarlo lento,
sin correr tras la prisa
porque al final de día, comprendemos:
fue mejor el andar que la salida.
Extraído de https://bibliopoesias.blogspot.com/2019/12/poemas-para-ninos-textos-ineditos-de.html
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